CLAR insta a religiosos en América Latina a ser 'centinelas de esperanza' en Jornada Mundial de la Vida Consagrada El 2 de febrero, en la celebración de la XXIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada, la Presidencia de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de América Latina (CLAR) emitió un mensaje destacando las diversas realidades que vive la vida religiosa en el continente.

El mensaje, enmarcado en la festividad de la Presentación del Señor, instó a los religiosos y religiosas a vivir de manera auténtica su vocación profética y a ser centinelas de esperanza. Este llamado se hizo en el contexto de los desafíos que enfrenta América Latina. El pasado 2 de febrero, la Iglesia celebró la festividad de la Presentación del Señor, coincidiendo con la XXIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada. En este marco, la Presidencia de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de América Latina (CLAR) emitió un mensaje con motivo de esta conmemoración, en el que destacó las diversas realidades que vive la Vida Religiosa en el continente. El mensaje de la CLAR, entidad que representa a los religiosos y religiosas de América Latina, se centró en la importancia de vivir de manera auténtica y plena la vocación profética. En este sentido, la Presidencia de la CLAR exhortó a los religiosos y religiosas a ser una voz profética y centinelas de esperanza en medio de las diversas realidades que enfrenta América Latina. La celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que tuvo lugar el pasado 2 de febrero, es una ocasión para reflexionar sobre la importancia de la vocación religiosa y su papel en la sociedad. La CLAR, en su mensaje, quiso resaltar el valor de la vocación profética, entendida como un llamado a ser portavoces de la esperanza y a trabajar por un mundo más justo y solidario. El mensaje de la Presidencia de la CLAR es un llamado a la reflexión y a la acción, invitando a los religiosos y religiosas de América Latina a vivir su vocación de manera plena y auténtica, siendo una voz profética y centinelas de esperanza en medio de las realidades que enfrenta el continente. Este llamado refuerza el papel de la Vida Religiosa como un elemento fundamental en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

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