2024 plenaria noviembre presidenteEl lunes 18 de noviembre de 2024, el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, inauguró en Madrid la 126ª Asamblea Plenaria de la institución con un discurso que no eludió cuestiones controvertidas. En su intervención, el prelado lanzó duras críticas al "invierno demográfico" que sufre España, alertando sobre las consecuencias de la caída de la natalidad, los modelos familiares emergentes y las políticas estatales que, según él, agravan la crisis.

Señalamientos a las políticas estatales y culturales

Mons. Argüello destacó que en 2022 se registraron en España 329.251 nacimientos, una cifra que representa una caída del 27,6 % respecto a 2012, al tiempo que los abortos rondaron los 100.000 anuales. "Se ha transmitido el mensaje de que tener hijos no es buena idea", sentenció, aludiendo a discursos económicos, medioambientales y culturales que —asegura— desincentivan la maternidad. "Los hijos son presentados como un lastre para la realización personal o una carga económica excesiva", afirmó.

También denunció que la legislación española "no solo no aborda la problemática familiar, sino que promueve medidas que la agravan". En este sentido, calificó a España como "el farolillo rojo" en políticas de protección familiar dentro de Europa y advirtió de las graves consecuencias económicas, sociales y políticas del envejecimiento poblacional.

Vivienda y empleo: obstáculos para los jóvenes

El acceso a la vivienda y la precariedad laboral fueron otros puntos críticos abordados por el presidente de la CEE. Mons. Argüello señaló que la dificultad para acceder a un hogar propio limita la independencia de los jóvenes y retrasa la formación de familias. "El coste de la vivienda es inasumible para muchos y el número de hogares compartidos se ha disparado", lamentó, subrayando que más del 27 % de los hogares en España son unipersonales.

Sobre el empleo, alertó del desempleo juvenil, que supera el 26 %, y criticó la "precarización de los salarios" y la "plaga de la temporalidad". Además, vinculó la búsqueda de autorrealización personal y la "gran renuncia" laboral con un modelo cultural que, según dijo, "alienta el individualismo y desprecia el bien común".

Críticas al clima político y social

En el plano político, Mons. Argüello denunció la polarización y la "dialéctica populista" que, a su juicio, alimentan la división en la sociedad española. "El mantenimiento artificial de 'las dos Españas' se ha convertido en un instrumento de poder", afirmó, en referencia a las tensiones territoriales y los debates históricos. Asimismo, criticó la tendencia hacia un individualismo extremo que "erosiona los lazos sociales" y dificulta la construcción de un proyecto común.

El prelado también lanzó una advertencia sobre los efectos del cambio climático y la gestión urbanística, especialmente tras las recientes inundaciones que han devastado varias regiones de España. "La naturaleza nos recuerda que el progreso técnico y económico no basta", señaló, instando a una revisión profunda del modelo de desarrollo.

Mensaje de esperanza en un contexto de crisis

Pese a su tono crítico, Mons. Argüello concluyó su discurso apelando a la esperanza como motor de transformación. Citando al papa Francisco, animó a los asistentes a apostar por una "alianza social para la esperanza", que aborde los retos demográficos, laborales y sociales desde una perspectiva cristiana.

La Asamblea, que se prolongará durante varios días, abordará, además, cuestiones internas de la Iglesia, como el avance en la protección de menores, la promoción de vocaciones y la preparación del Jubileo 2025, un horizonte que Mons. Argüello definió como una oportunidad para "reavivar la fe y el compromiso con la sociedad".

Las palabras del presidente de la CEE no han tardado en generar reacciones, tanto dentro como fuera del ámbito religioso, reavivando el debate sobre la influencia de la Iglesia en cuestiones sociales y políticas.

Comentarios

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Rosa Cuevas
1 mes hace
Bien hablado, Mons. Argüello. Nos estamos olvidando de la importancia de la familia, de tener hijos, de mantener vivos nuestros valores y tradiciones. Pero claro, cómo vamos a formar una familia si no podemos ni permitirnos una casa decente o un trabajo que no sea precario. Y mientras, los de arriba promoviendo leyes que solo agravan la situación. Pero no, no se preocupen, que tener hijos es un lastre, mejor vivir para uno mismo. ¿Y luego qué? ¿Quién va a sostener este país cuando todos seamos viejos? No entiendo cómo no se dan cuenta. En vez de seguir modas y corrientes que solo buscan destruir lo que siempre nos ha hecho fuertes, deberíamos volver a nuestros valores, a nuestra fe. Solo así saldremos de este invierno demográfico.
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Francisco Nieto
1 mes hace
Esto es exactamente lo que necesitamos, un líder eclesiástico que se atreva a plantar cara a lo que está pasando. Hace falta valentía para decir que la baja natalidad es un problema, que los hijos no son un lastre, sino una bendición y el futuro de nuestro país. Y tiene toda la razón, el Estado no está ayudando, más bien todo lo contrario. Y no me vengan con la excusa de la superpoblación o el cambio climático. Si nos ponemos a pensar, la solución a esos problemas no es dejar de tener hijos, sino educarlos en el respeto a la naturaleza y en la responsabilidad. Y a todo esto, ¡bravo por Mons. Argüello! Es el tipo de líder que necesitamos en la Iglesia, uno que se atreva a decir las cosas como son.
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Andrés Prado
1 mes hace
¡Ay, este Argüello! Siempre dando en el clavo. Este "invierno demográfico" es una crisis que nos está saliendo cara. Pero no, la peña prefiere hablar de libertades y derechos, como si tuviésemos derecho a cargarnos el futuro. ¿Y qué me decís de los políticos? ¿Acaso protegen a la familia? ¡Venga ya! Les importa un bledo, siempre buscando más votos y poder. Y luego está el curro, que los jóvenes no encuentran ni con lupa. Pero no, mejor hablemos de cambio climático y de lo malos que somos todos. A ver, que el tema del clima es importante, pero no es el único. Nos estamos olvidando de lo básico: la familia, la vida, el amor... Y eso, mis amigos, es lo que de verdad importa. ¡A ver si nos espabilamos de una vez!
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Eva María Iglesias
1 mes hace
Por fin alguien que se atreve a decir las verdades al pueblo, y nada más y nada menos que Mons. Luis Argüello. Estamos en una época donde parece que tener hijos es malo, cuando es uno de los dones más grandes que Dios nos dio. Y ni hablemos de la falta de protección a la familia, que parece que es un concepto que se está desvaneciendo. Y esto de ver a los hijos como una carga económica, ¿qué le pasó a la sociedad? ¿Desde cuándo el dinero vale más que la vida? Y a todo esto, sumamos la falta de oportunidades para los jóvenes. No hay trabajo, no hay vivienda... así, ¿cómo se espera que formen una familia? Dios nos mandó a ser fructíferos y multiplicarnos, no a vivir en la precariedad y el egoísmo. Gracias, Mons. Argüello, por llamar la atención sobre estos temas.
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Gregorio Sandoval
1 mes hace
¡Vaya, por fin alguien en la Iglesia que dice las cosas como son! Mons. Argüello ha dado en el clavo con cada palabra. España está en un invierno demográfico porque hemos olvidado lo más básico: la familia. Y no hablo de cualquier tipo de familia, no, hablo de la familia tradicional, de toda la vida. Ahora resulta que tener hijos es un lastre, que te quita libertad y te arruina. ¿En qué momento hemos llegado a pensar así? ¡Es el mundo al revés! Y mientras, los políticos no hacen nada para ayudar a las familias, más bien al contrario, parece que todo lo que hacen es para hundirlas más. A ver si la Iglesia pone un poco de cordura en este despropósito y vuelve a poner las cosas en su sitio.
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Ana Quintana
1 mes hace
Lo que no entiendo es cómo algunos eclesiásticos se centran tanto en criticar las políticas estatales y culparlas de todo, en lugar de mirar hacia dentro de su propia casa. Si la Iglesia realmente quiere hacer algo contra el "invierno demográfico", ¿por qué no comienza por predicar con el ejemplo? Que dejen de lado esos sermones vacíos y empiecen a defender de verdad la familia y la vida, según la doctrina que siempre nos han enseñado. Y sobre todo, que no se dediquen a cambiarla según les convenga. No son nadie para hacerlo. Además, si de verdad les preocupan los jóvenes, que se dejen de palabrería y ofrezcan soluciones reales, no solo críticas. Que yo sepa, la fe se demuestra con hechos, no con palabras vacías.
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Azucena Barba
1 mes hace
Mons. Argüello ha dado en el clavo. Nos estamos olvidando de los valores familiares y la importancia de tener hijos. Parece que solo interesa el yo, yo y yo. No se trata solo de derechos, también hay deberes, como el de ser padres. ¿Y qué pasa con la doctrina de siempre? ¿Acaso no nos enseña a valorar la vida y la familia? Pero claro, eso no vende, ni es "cool". Más bien es una molestia para la vida tranquila y sin complicaciones que muchos buscan. Y luego nos quejamos de que no hay jóvenes, de que la población envejece. Pero claro, es más fácil culpar a la Iglesia que mirarse al espejo.
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Fernando Vidal
1 mes hace
Este Argüello tiene más razón que un santo, y nunca mejor dicho. Se nota que le echa un par al decir las cosas como son. Pero claro, a los progres de turno les molesta que los curas hablen de política. ¿Y qué quieren, que nos quedemos callados viendo cómo se va al garete todo? La natalidad por los suelos, las familias desprotegidas, los jóvenes sin futuro... Y mientras, ellos en sus poltronas, riéndose de la gente de bien. ¡Basta ya! A ver si escuchan a gente como Argüello, que sabe de lo que habla. Y si no les gusta, que se pongan las pilas y empiecen a solucionar los problemas de verdad, en vez de estar todo el día con sus chorradas de género y de memoria histórica. ¡A trabajar! Que para eso les pagamos.
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Luis Miguel Franco
1 mes hace
Que alguien le diga a Argüello que está en lo correcto con lo de la natalidad pero que se vaya con cuidado con el resto. A mí me da la impresión de que se le olvida que es un obispo y no un político, y que su papel es guiar espiritualmente, no meterse en berenjenales económicos y sociales. ¿Desde cuándo la Iglesia tiene que tener una opinión sobre el precio de la vivienda o el desempleo juvenil? Que se centre en lo suyo, que bastante tiene con intentar lidiar con la pérdida de fieles y la falta de vocaciones. Y que deje los temas políticos a los políticos, que para eso están. Me pone de los nervios cuando los curas se meten a dar lecciones de cosas que no son su competencia.
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Sergio Gallego
1 mes hace
Vaya, este Argüello se lo ha currado, ¿eh? Ha puesto el dedo en la llaga con lo del "invierno demográfico". Es que es verdad, lo de la baja natalidad es una crisis en toda regla, y nadie hace nada. ¿Y lo de los abortos? Eso ya es el colmo. Pero nada, aquí todos tan tranquilos, como si la vida no tuviera valor. Y claro, luego se quejan de que la gente mayor está sola y no hay quién pague las pensiones. ¡Si no hay jóvenes, cómo va a haber! Pues eso, que la Iglesia a veces tiene que decir las verdades del barquero, y si no gusta, peor para los que no quieren oír. Estos modernillos que se creen que pueden cambiar lo que la Iglesia siempre ha defendido, que se vayan preparando, porque aquí hay gente que no traga con sus tonterías.
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