El viernes 4 de abril, la Pontificia y Real Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés y San Isidro celebrará el nacimiento del patrono de Madrid con la presentación de niños a San Isidro en la Real Iglesia de San Andrés Apóstol.
El evento, que comenzará a las 17:30 horas, será presidido por Vicente Martín Muñoz, obispo auxiliar de Madrid, y contará con la participación de Manuel Gullón y de Oñate, presidente de la Archicofradía. Por primera vez, la Fundación para el Tratamiento del Síndrome de Angelman (FAST España) se unirá a la celebración, buscando visibilizar a los niños con enfermedades poco comunes y sus familias. Pedro López, presidente de FAST España, agradeció la oportunidad de mostrar la dignidad y humanidad de estos niños, destacando la importancia de acoger la discapacidad con amor y descubriendo belleza en la fragilidad.
La Pontificia y Real Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés y San Isidro celebra el nacimiento del patrono de Madrid con la tradicional presentación de niños a San Isidro. El evento se llevará a cabo el viernes 4 de abril a las 17:30 horas en la Real Iglesia de San Andrés Apóstol. La ceremonia estará presidida por Vicente Martín Muñoz, obispo auxiliar de Madrid, y contará con la presencia de Manuel Gullón y de Oñate, presidente de la Archicofradía, y miembros de la Junta de Gobierno.
Este acto permitirá a los niños conocer la figura de San Isidro Labrador, reconocido por su bondad y generosidad. Como recuerdo, cada niño recibirá una medalla y una estampa personalizada del santo. Por primera vez, participará la Fundación para el Tratamiento del Síndrome de Angelman (FAST España), una asociación sin ánimo de lucro que apoya a familias con niños que padecen enfermedades poco comunes, sumándose a esta celebración.
Pedro López, presidente de FAST España y padre de un niño con síndrome de Angelman, agradece a la archidiócesis de Madrid y a la Archicofradía por visibilizar a estos niños y sus familias. López destaca que, a pesar de los desafíos que implica el diagnóstico, la discapacidad puede ser vista como un don, y subraya la importancia de acoger esta realidad con amor, descubriendo belleza y humanidad en la fragilidad.
López también reflexiona sobre la santidad que ve en estos niños, describiéndola como un tipo de santidad diferente al de los grandes santos históricos. Destaca sus virtudes humanas y trascendentes, afirmando que poseen una bondad y autenticidad inimitables. Además, recuerda el pasaje del Evangelio según San Juan sobre el ciego de nacimiento, señalando que estas condiciones muestran las obras de Dios y nos enseñan a ser más pacientes y cariñosos.
Finalmente, López enfatiza la importancia de reconocer la dignidad inherente de todas las personas, independientemente de sus condiciones. Invita a profundizar en el Evangelio y las obras de misericordia, siguiendo el ejemplo de los santos para ser mejores personas y más unidos a Dios. Concluye que estas enseñanzas pueden guiar en la tarea de educar y criar a los hijos con síndrome de Angelman, promoviendo virtudes como la lealtad, la valentía y la fidelidad.
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