El Obispo de Holguín, Mons. Emilio Aranguren, ha recordado con especial afecto al fray Robert Prevost, quien fuera Prior General de los Agustinos, destacando su papel crucial en el regreso de la orden a Cuba.
Durante un encuentro en Roma en 2005, junto al cardenal Jaime Ortega, Prevost facilitó este retorno, marcando un hito significativo en la historia reciente de la Iglesia en la isla. Mons. Aranguren subrayó la importancia de la labor de Prevost en la revitalización de la vida religiosa en Cuba, destacando su liderazgo y capacidad para guiar a las comunidades en momentos de cambio. Además, resaltó el papel actual de Prevost en la conducción de la "barca de Pedro", valorando su visión amplia y profunda de los desafíos eclesiales contemporáneos. La presencia renovada de los agustinos ha fortalecido la misión espiritual, social y educativa en el país.
El Obispo de Holguín, Mons. Emilio Aranguren, ha recordado con especial afecto al fray Robert Prevost, quien fuera Prior General de los Agustinos. En un encuentro en Roma en 2005, junto al cardenal Jaime Ortega, Prevost desempeñó un papel crucial en el regreso de los agustinos a Cuba. Este hecho marcó un hito significativo en la historia reciente de la Iglesia en la isla, fortaleciendo la presencia y misión de la orden agustiniana en el país.
Mons. Aranguren destacó la importancia de la labor de Prevost en la revitalización de la vida religiosa en Cuba, subrayando su capacidad para guiar y acompañar a las comunidades en momentos de cambio y desafío. "Su liderazgo fue fundamental para que los agustinos pudieran retomar su misión en Cuba", afirmó el obispo. Este regreso no solo significó un refuerzo espiritual, sino también un apoyo en el ámbito social y educativo, áreas en las que la orden ha tenido una notable influencia.
El Obispo de Holguín también resaltó el papel actual de Prevost en la conducción de la "barca de Pedro", haciendo referencia a su posición en la Iglesia Católica. Su trayectoria y experiencia, tanto en Cuba como en otros lugares, le han dotado de una visión amplia y profunda de los desafíos que enfrenta la Iglesia hoy. "Es un privilegio contar con líderes de su calibre en momentos tan cruciales", añadió Mons. Aranguren.
La presencia de los agustinos en Cuba ha sido históricamente significativa, y su retorno ha permitido revitalizar comunidades y proyectos que habían quedado en suspenso. La labor de Prevost y su equipo ha sido reconocida no solo por la Iglesia local, sino también por la comunidad internacional, que ve en estos esfuerzos un ejemplo de perseverancia y fe. La colaboración entre las distintas diócesis y la orden ha sido clave para el éxito de esta misión.
Finalmente, Mons. Aranguren expresó su gratitud hacia Prevost y su compromiso con la misión evangelizadora en Cuba. "Su dedicación y amor por la Iglesia son inspiradores", concluyó. Este testimonio resalta el impacto duradero de la labor de Prevost y la importancia de la colaboración entre líderes eclesiásticos para enfrentar los retos contemporáneos.
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