La Plaza de la Virgen de Valencia ha sido testigo del tradicional traslado de la imagen de la Mare de Déu, congregando a cientos de devotos el 11 de mayo.
La imagen fue llevada desde su Basílica hasta la Catedral de Valencia en una ceremonia presidida por el Nuncio Apostólico en España, monseñor Bernardito Auza, acompañado por el Arzobispo de Valencia y los Obispos auxiliares. Este evento anual, profundamente arraigado en la comunidad valenciana, ha contado con la participación de numerosos fieles que, con devoción, han acompañado el recorrido de la imagen, destacando la importancia de la devoción mariana en la región.
La Plaza de la Virgen de Valencia ha sido el escenario del tradicional traslado de la imagen de la Mare de Déu, un evento que ha congregado a cientos de devotos este 11 de mayo. La imagen fue trasladada desde su Basílica hasta la Catedral de Valencia, en una ceremonia presidida por el Nuncio Apostólico de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza. Junto a él, estuvieron presentes el Arzobispo de Valencia y los Obispos auxiliares, quienes acompañaron el solemne acto.
Este traslado, que se celebra anualmente, es una manifestación de fe profundamente arraigada en la comunidad valenciana. La participación de monseñor Bernardito Auza ha añadido un significado especial a la celebración de este año, destacando la importancia de la devoción mariana en la región. La imagen de la Mare de Déu es venerada por los fieles, quienes la consideran un símbolo de protección y guía espiritual.
El evento ha contado con la presencia de numerosos fieles que, con devoción y respeto, han acompañado el recorrido de la imagen. La Plaza de la Virgen se ha llenado de cánticos y oraciones, creando un ambiente de recogimiento y fervor religioso. Este traslado es una de las celebraciones más esperadas del calendario litúrgico valenciano, reflejando la profunda conexión entre la comunidad y su patrona.
La tradición del traslado de la Mare de Déu se remonta a siglos atrás, siendo una de las manifestaciones religiosas más antiguas de la ciudad. La participación de autoridades eclesiásticas de alto rango, como el Nuncio Apostólico, subraya la relevancia de este evento no solo a nivel local, sino también en el contexto de la Iglesia en España. La ceremonia ha sido un testimonio de la fe viva y el compromiso de los valencianos con su herencia espiritual.
Escribir un comentario