El papado de León XIV, inspirado en la justicia social y evangelización, refleja la continuidad del magisterio. Como Pedro, el Papa enfrenta retos con fe y prudencia, recordando que la autoridad no se juzga, solo se ejerce con misericordia y fidelidad a Cristo.
La continuidad doctrinal y la fidelidad a la tradición son la base firme sobre la que debe sustentarse el papado. La elección de León XIV, en línea con la doctrina social de León XIII, reafirma la importancia de mantener la unidad en la fe y la enseñanza auténtica.